Los pacientes que han sufrido una quemadura grave presentan secuelas consistentes en cicatrices, contracturas y deformidad que son factibles de recibir tratamiento quirúrgico.
Siendo el primer objetivo devolver la funcionalidad, también se pueden mejorar ciertas cicatrices, a veces utilizamos tejidos del propio paciente y en otras ocasiones expansores tisulares que son dispositivos que nos permiten distender piel sana y poder remplazar la piel afectada, dependerá de la valoración inicial para establecer el tratamiento individualizado de cada paciente.
